En la solemne celebración de la Vigilia Pascual, presidida en la noche del sábado santo en la Catedral de la Sagrada Familia, Monseñor Ismael Rueda Sierra, Arzobispo de Bucaramanga, exhortó a todos los fieles a vivir con gozo el misterio de la Resurrección del Señor, como una experiencia transformadora que da sentido a la vida cristiana.
Inspirado en el anuncio del Evangelio: “¿Por qué buscan entre los muertos al que vive? ¡No está aquí, ha resucitado!” (Lc 24, 5-6), Monseñor Ismael recordó que la Pascua no es solo un acontecimiento del pasado, sino una realidad actual que nos impulsa a pasar del temor a la alegría, de la tristeza a la esperanza, de la pasividad a la misión.
Durante su homilía, el Arzobispo destacó que esta noche santa nos introduce en cinco grandes dimensiones del Misterio Pascual, que marcan el paso del Señor por la vida de su pueblo:
- La Pascua Cósmica: La luz que vence las tinieblas
Con el encendido del fuego nuevo y la proclamación del Pregón Pascual, Monseñor recordó que Cristo resucitado es luz que irrumpe en la oscuridad del mundo y de la historia, abriendo camino a la esperanza.
- La Pascua Histórica: El paso de Dios por la historia humana
A través de las lecturas del Antiguo Testamento, se contempló cómo Dios ha intervenido a lo largo del tiempo para salvar a su pueblo, en un camino que culmina en la victoria de Cristo sobre la muerte. La historia de la salvación continúa hoy en nuestras vidas y comunidades.
- La Pascua Bautismal: Nacemos a la vida nueva
La renovación de las promesas bautismales nos recuerda que hemos sido hechos partícipes de la muerte y resurrección de Cristo, y llamados a vivir como hijos de la luz, libres del pecado y dispuestos a testimoniar el Evangelio.
- La Pascua Eucarística: El Resucitado se queda con nosotros
La liturgia culmina en el banquete pascual. En la Eucaristía, afirmó Monseñor Ismael, Jesús resucitado se nos da como alimento que fortalece nuestro caminar en la fe, y renueva nuestra comunión con Él y con la comunidad.
- La Pascua Misionera: Testigos de la Resurrección
La experiencia del Resucitado no se queda en la intimidad. Somos enviados, como los discípulos, a anunciar con alegría que Cristo está vivo. Cada cristiano, dijo Monseñor, es portador de la alegría pascual y testigo de una esperanza que no defrauda.
Finalmente, el Arzobispo invitó a todos los fieles a comprender la Pascua como un paso de Dios que transforma nuestra existencia: “La Pascua es paso de Dios en nuestra historia, paso de gracia, de misericordia, de renovación. Es también nuestro paso, personal y comunitario, a una vida nueva en Cristo.”
Desde la Arquidiócesis de Bucaramanga, compartimos este mensaje lleno de luz y esperanza, y nos unimos al llamado de nuestro Arzobispo para vivir esta Pascua como auténticos peregrinos de esperanza, convencidos de que la Resurrección del Señor da nuevo sentido a nuestras luchas, alegrías y compromisos.
¡Cristo ha resucitado! ¡Verdaderamente ha resucitado!
