El primer domingo de Adviento es el primer día del Nuevo Año Litúrgico para la Iglesia Católica y en esta ocasión, en el Evangelio (Lucas 21, 25-28.34-36), Jesús anima a los fieles a “estar atentos y vigilar”. Asimismo, las lecturas bíblicas de esta primera semana y la predicación son una invitación a estar vigilantes para cuando venga el Señor. Por ello, es importante que en las familias se haga un propósito que les permita avanzar en el camino hacia la Navidad.
Así pues, en la eucaristía de este domingo 28 de noviembre, presidida por Monseñor Ismael Rueda Sierra, desde la Catedral Metropolitana de la Sagrada Familia, se llevó a cabo la bendición de la Corona de Adviento por parte del señor Arzobispo. Este acto subraya su significado religioso; la luz indica el camino, aleja el miedo y favorece la comunión. La luz es un símbolo de Jesucristo, luz del mundo. El encender, semana tras semana, los cuatro cirios de la corona muestra la ascensión gradual hacia la plenitud de la luz de Navidad. El color verde de la corona significa la vida y la esperanza. La corona de Adviento es, pues, un símbolo de la esperanza de que la luz y la vida triunfarán sobre las tinieblas y la muerte. Porque el Hijo de Dios se ha hecho hombre por nosotros, y con su muerte nos ha dado la verdadera vida». (Ritual Romano. Bendicional, parte III, cap. XXVI).
Esto debe ser el principio de un renovado año en el que se buscará seguir creciendo en un ambiente de armonía y amor familiar. Lo cual también deberá extenderse a los demás grupos con el que cotidianamente uno se relaciona, ya sea en la escuela, el trabajo, el vecindario, etc.
El tiempo de Adviento, que es el primer período del Año Litúrgico, tiene una duración de cuatro semanas, comienza este domingo 28 de noviembre y se prolonga hasta el 24 de diciembre. Las lecturas son las correspondientes al Ciclo C.
Fuente: Aciprensa y Delegación Litúrgica de la Arquidiócesis de Bucaramanga