El Domingo de la Palabra de Dios fue instituido en 2019 por el Papa Francisco para recordar la importancia de las Sagradas Escrituras y este año tendrá como lema el pasaje del Salmo “Espero en tu Palabra”.
Se celebra en el tercer domingo del Tiempo Ordinario, un momento estratégico en el calendario litúrgico, donde la Iglesia invita a los fieles a integrar la enseñanza de la Navidad con la misión evangelizadora en la vida cotidiana; teniendo lugar para este año, el próximo 26 de enero.
El arzobispo de Bucaramanga, Monseñor Ismael Rueda Sierra, nos invita a vivir este día como Iglesia Particular en el marco del Jubileo que estamos viviendo nos mueve a comprender cuán importante es, en la vida cotidiana de la Iglesia, la presencia de la Palabra de Dios, que «pertenece, en primer lugar, al Pueblo de Dios, convocado para escucharla y reconocerse en esa Palabra».
La intención de esta celebración es recordar que la Palabra de Dios no es solo un texto antiguo o una herencia cultural, sino un mensaje vivo que habla al corazón de cada creyente. La Biblia, como enseña el Papa Francisco, es el lugar donde Dios se comunica con su pueblo, revelando su amor y su plan de salvación.
Acciones Propuestas para Celebrar el Domingo de la Palabra
En la Arquidiócesis de Bucaramanga, la jornada se conmemorará con una Santa Eucaristía presidida por el Arzobispo, Monseñor Ismael Rueda Sierra, a las 10:00 a.m. en la Catedral Metropolitana de la Sagrada Familia. Además, se han sugerido tres acciones concretas para vivir plenamente este día:
- Celebración de la Eucaristía Dominical y Adoración Eucarística: Se invita a las comunidades a crear espacios de escucha de la Palabra de Dios y de silencio contemplativo, guiados por materiales elaborados por el Dicasterio para la Evangelización.
- Entronización de la Palabra de Dios: En cada comunidad, se realizará un rito solemne para destacar el lugar central que ocupa la Escritura en la vida de la Iglesia.
- Promoción del Evangelio de Bolsillo: Se anima a los fieles a retomar el hábito sugerido por el Papa Francisco de llevar siempre consigo un pequeño Evangelio, como signo tangible de la presencia de la Palabra en la vida cotidiana.
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