Bucaramanga, abril de 2025. Con profunda gratitud y esperanza cristiana, la Arquidiócesis de Bucaramanga se unió a la Iglesia universal en una solemne Eucaristía en sufragio por el alma del Papa Francisco. La celebración, presidida por el Arzobispo Metropolitano, Monseñor Ismael Rueda Sierra, fue un acto de fe, amor y memoria agradecida por la vida y ministerio del Santo Padre, quien marcó un hito pastoral en la historia reciente de la Iglesia.
Inspirado en la curación del paralítico narrada en los Hechos de los Apóstoles, Monseñor Rueda reflexionó sobre la figura de Pedro como portador de sanación en nombre de Jesucristo. Desde esta imagen, propuso una analogía profunda con el testimonio del Papa Francisco, a quien denominó “peregrino de esperanza” y “Papa de la misericordia”, destacando su llamado permanente a la Iglesia para salir de la autorreferencialidad y caminar con impulso misionero hacia las periferias humanas y existenciales.
“Esta peregrinación de esperanza se nos ha manifestado en su testimonio y coherencia de vida, con sabias enseñanzas, gestos singulares y actitudes de cercanía humilde a la manera de Jesús”, afirmó el Arzobispo.
La homilía recorrió con claridad los ejes pastorales más representativos del pontificado de Francisco: la centralidad de la misericordia como mirada y elección, el amor preferencial por los pobres y marginados, la defensa de la dignidad humana, el cuidado de la casa común, la promoción del diálogo y la fraternidad universal, así como su impulso decidido por una Iglesia sinodal, participativa y en constante conversión.
Monseñor Rueda Sierra evocó momentos emblemáticos que quedarán grabados en la memoria eclesial y humana, como la imagen del Papa solo bajo la lluvia en la Plaza de San Pedro durante la pandemia, o su reiterado llamado a “callejear” el Evangelio con coraje, ternura y sentido del humor.
También subrayó su cercanía con América Latina y Colombia, recordando su paso por la Conferencia de Aparecida y su firme compromiso con la reconciliación y la paz en nuestro país.
“Nos ha dejado a nuestra Arquidiócesis una invitación permanente a seguir y hacer propio su legado de caminar como peregrinos de esperanza bajo el cuidado maternal de la Virgen María”, añadió Monseñor Rueda.
Al concluir la celebración, el Pastor Arquidiocesano invitó a todos los fieles a seguir amando y orando por el Papa Francisco, acogiendo su legado como camino de vida, de conversión personal y eclesial, y de renovado compromiso con la construcción del Reino de Dios.
“Gracias Santo Padre Francisco, descanse en paz. Amén.”