La Arquidiócesis de Bucaramanga celebró la Solemnidad de la Santísima Trinidad con un llamado a fortalecer la familia como reflejo de Dios

La Catedral de la Sagrada Familia fue escenario de una Eucaristía que unió varias celebraciones: la fiesta de las Comunidades Eclesiales Misioneras, el Jubileo del Matrimonio y la Familia, y el Día del Padre.

Puede ser una imagen de 11 personas, la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción y textoCon una concurrida participación de fieles, la Arquidiócesis de Bucaramanga vivió este domingo 15 de junio una jornada espiritual profundamente significativa, en la que se celebró la Solemnidad de la Santísima Trinidad. La Santa Eucaristía, presidida por Monseñor Ismael Rueda Sierra, arzobispo de Bucaramanga, tuvo lugar a las 10:00 a.m. en la Catedral Metropolitana de la Sagrada Familia, y reunió en un solo acto litúrgico la fiesta arquidiocesana de las Comunidades Eclesiales Misioneras, la apertura de la Semana del Matrimonio y la Familia, el Jubileo de las Familias y la conmemoración del Día del Padre.

Durante su homilía, Monseñor Rueda reflexionó sobre el misterio de la Trinidad —Padre, Hijo y Espíritu Santo— no solo como un dogma central de la fe cristiana, sino como una invitación a vivir relaciones humanas basadas en la comunión, el amor y la entrega mutua. “La Trinidad es modelo de unidad en la diversidad. En ella no hay división ni egoísmo, sino perfecta armonía en la diferencia. Es lo que nuestras familias y comunidades están llamadas a vivir”, afirmó.

Familias y comunidades, rostro visible de la Iglesia

El arzobispo enfatizó que el modelo trinitario debe inspirar la vida cotidiana de las familias, especialmente en tiempos de crisis social y cultural. “La familia es una escPuede ser una imagen de 2 personasuela de amor y diálogo, y es también Iglesia doméstica, donde se aprende a orar, a compartir y a perdonar. Desde allí comienza la misión de la Iglesia en el mundo”, señaló.

La celebración también resaltó el papel fundamental de las Comunidades Eclesiales Misioneras, espacios donde pequeños grupos de laicos se reúnen para orar, meditar la Palabra de Dios y proyectar acciones evangelizadoras en sus entornos. “Estas comunidades son el rostro vivo de una Iglesia que camina en sinodalidad, en corresponsabilidad y en servicio”, destacó el pastor diocesano.

Bendición a padres y esposos

En el contexto del Día del Padre, Monseñor Rueda ofreció una bendición especial a todos los padres presentes, reconociendo su papel como guías, protectores y transmisores de la fe. Asimismo, animó a los matrimonios a renovar su compromiso de amor y fidelidad como signo visible del amor de Dios por su pueblo.

La Semana Arquidiocesana del Matrimonio y la Familia, que comenzó con esta Eucaristía, incluirá diversas actividades pastorales y formativas en parroquias, movimientos y comunidades, con el propósito de fortalecer el tejido familiar desde la luz del Evangelio.

La celebración concluyó con cantos festivos y un ambiente de gratitud, esperanza y renovación espiritual. Fue, sin duda, un signo visible de una Iglesia que se construye desde el corazón del hogar.

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