«Orar y abrir nuestro corazón» es la invitación del arzobispo de Bucaramanga para la Cuaresma 2024

El miércoles 14 de febrero se inició el tiempo de cuaresma del 2024, en esta tarde el arzobispo de Bucaramanga, Monseñor Ismael Rueda Sierra presidió la santa Eucaristía en la Catedral Metropolitana de la Sagrada Familia.

En su mensaje sobre el miércoles de ceniza y el inició del tiempo cuaresmal, Monseñor Ismael nos recordó que estos días serán para reflexionar y peregrinar hacía la pascua.

“Son 40 días destinados para ser aprovechados y mirar cara a cara al señor, con confianza. Y para vivir delante de él unas actitudes que nos ayuden a perseverar en la fe, purificar la vida y el corazón”.

Así mismo, el arzobispo resalta que estos días deben incentivarnos y movernos hacia una conversión real hacia el Señor, esto es colocarnos frente a él, caminar hacía él y encomendarnos cada día reconociendo nuestra fragilidad humana y su gran misericordia.

El arzobispo nos recuerda además las tres prácticas indispensables en nuestro tiempo cuaresmal, el ayuno, la oración y la limosna.

“El papa francisco no ha invitado en este 2024 a tener una actitud intensa de oración que nos prepare para el jubileo que viviremos en el 2025; que acertada es esta iniciativa porque siempre debemos aprovechar este tiempo para tener una intensa oración, pues la oración es la respiración del alma”. Aseguró Monseñor Rueda en su homilía.

Acerca de la caridad o la limosna, el prelado afirma que es un efecto consecuente de la oración, pues “el orar y abrir nuestro corazón, nos lleva directamente a mirar las realidades y necesidades de los demás, lo cual debe movernos a servir a nuestros hermanos. Es compartir lo que hemos recibido de nuestro Señor”.

Finalmente, como tercer elemento cuaresmal está el ayuno, lo cual es aprender con libertad a privarnos de las cosas, de personas, de apegos de adicciones; es expresar libertad, una libertad verdadera otorgada por nuestro Padre.

Para concluir la homilía monseñor nos invitó a “detenernos en la peregrinación de la vida necesitamos detenernos para examinar como vamos, como nos podemos proyectar para mejorar, para acrecentar nuestra fe, para vivir con las actitudes que nos pide el Señor, para llegar al final de esta cuaresma a la gran celebración pascual de la bienaventurada pasión, muerte y resurrección del Señor en la Semana Santa”.

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