Fiesta Patronal de la Parroquia Nuestra Señora de las Gracias de Torcoroma

La Parroquia Nuestra Señora de las Gracias de Torcoroma celebró, en la noche del martes 16 de agosto, su fiesta patronal con la santa eucaristía presidida por Monseñor Ismael Rueda Sierra, Arzobispo de Bucaramanga.

La celebración inició con una serenata a la Virgen antes de la misa y posterior a esto los feligreses de la parroquia se congregaron con gran gozo y devoción para vivir a plenitud ese encuentro tan especial.

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«Esta figura de María, la mujer, que ante el Libro del Apocalipsis tiene otra significación muy importante y es que María ahí no significa simplemente ella como una persona individual, sino que ella en esa escena está representando un pueblo; el Pueblo de Dios. Recordemos que en el Antiguo Testamento aparece en muchas escenas de los profetas cuando habla de la relación de Dios, de Yahvé Dios con su pueblo, lo hace en términos esponsales, de esposa; el Pueblo de Dios es la esposa de Dios, la que él protege y la que ama profundamente y por eso en Oseas, en Amós, en Ezequiel, aparece esta figura y por tanto cuando en la tradición cristiana se ve a María también en esta circunstancia vestida de sol, inmediatamente se piensa que está representando al Pueblo de Dios, llamado por él a acoger a su Hijo, el Redentor, y con él caminar el camino hacia el Padre, hacia la eternidad y la resurrección final.

Todo esto son reflexiones que nos permiten reconocer a María en la Palabra de Dios, en este caso en este texto (Apocalipsis), pero fijémonos también en este bello texto que hemos leído del Evangelio (Mateo) y empecemos viendo la manera como María responde a las alabanzas que hace su prima Isabel en esa visita. Lucas pone en labios de María este bellísimo canto que interpreta toda la vida la Santísima Virgen María: el Magnificat. Para ver que María está en esa gloria que se ve en Apocalipsis, pero porque asumió la humildad de sierva de Dios, desde la humildad. “Proclama mi alma la grandeza del Señor”, la de él, no la de ella, dice la grandeza de Dios, y “se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humildad de su sierva.”

Recordemos que María cuando reconoce la misión que el Señor le encomienda en la escena de la Anunciación, cuando pregunta ¿cómo va a hacer?, porque ella se ha preparado para hacer la voluntad del Señor, la que fuera, siempre fue su actitud permanente. Pero para ella fue una sorpresa inmensa cuando el ángel le dice que ella va a ser la Madre de Jesús y pregunta, por eso, ¿cómo va a hacer? y el ángel le dice: “será obra del Espíritu Santo”. La aceptación de María ante ese anuncio es con la actitud profunda en la que se queda asombrada frente a la misericordia de Dios y cómo la llama a colaborar de manera tan sublime, tan profunda, en sus planes invitándola, eligiéndola como la madre de su hijo y por eso la respuesta tan humilde: “he aquí la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra”.

Entonces, en ese cántico del Magnificat nosotros podemos entender lo que es el estilo de María que nos invita a que nosotros lo asumamos también en la vida para que, desde la pequeñez de nosotros como seres humanos, frágiles, vulnerables, débiles, pecadores, entendamos que Dios nos invita a vencer el pecado y la muerte que son los grandes enemigos vencidos por el Señor, que nosotros estamos invitados como María, desde la pequeñez y la humildad por el camino que ella nos ha indicado mostrándonos siempre a Jesús, para llegar finalmente a la gloria de la resurrección prometida a todos.” Compartió Monseñor Ismael Rueda Sierra, durante la homilía.

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