«Jesús vino a nosotros para destruir el pecado y la muerte» Monseñor Ismael Rueda Sierra, en Viernes Santo

El viernes 15 de abril Monseñor Ismael Rueda Sierra presidió la Celebración de la Pasión del Señor y el Sermón de las Siete Palabras en nuestra Arquidiócesis de Bucaramanga.

El primer acto solemne (ver galería) se llevó a cabo en la Catedral Metropolitana de la Sagrada Familia y esta celebración litúrgica de la Pasión del Señor constó de tres partes: La liturgia de la Palabra, la adoración de la santa Cruz y la sagrada comunión. Es una celebración rica en signos y que busca introducirnos dentro del Misterio de la entrega sublime de Cristo en el madero de la Cruz; por esa razón, estábamos invitados a dejarnos interpelar por la acción de Dios.

“¿Qué es lo que celebramos en esta tarde, en esa Cruz que contemplamos? Es que Cristo vino a liberarnos de la raíz más profunda donde se producen todas esas malas decisiones del hombre, que es el pecado. El pecado es la raíz más profunda de donde surgen todos desórdenes que estamos viendo en el mundo de hoy, cualquiera que sea. Y por eso la obra redentora de la Cruz es que Jesús vino a nosotros para destruir el pecado y la muerte y para rescatarnos hacia la vida plena que nos manifiesta en su resurrección.” Compartió el señor Arzobispo durante la homilía.

Más tarde, habiendo terminado esta celebración, el pueblo de Dios se trasladó hasta la Plaza Cívica Luis Carlos Galán donde tenía lugar el Sermón de las Siete Palabras (ver galería). Todo lo que ocurre en este acto es importante, asimismo son las palabras pronunciadas por el que muere en propiciación por los pecados de los hombres. El Espíritu Santo quiso registrar siete de ellas en las Sagradas Escrituras, para darnos una revelación completa de lo que pensaba y sentía el que sufría y tomaba el puesto de la Cruz que merecíamos por nuestros males.

Las reflexiones de cada palabra, en su orden, estuvieron a cargo de:

“PADRE, PERDÓNALOS PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN”. (Lc 23.34) – Juan Manuel Almeyda, miembro del EPAP y Coordinador de la Pastoral Familiar de la Parroquia Histórica de San Laureano.

“EN VERDAD TE DIGO, HOY ESTARÁS CONMIGO EN EL PARAISO” (Lc 23, 43). – María Alejandra Amaya Carvajal, estudiante de Psicología de Universidad Pontificia Bolivariana, servidora del grupo pastoral Cofradía del Espíritu Santo y del Comité de Bioseguridad de la Parroquia Histórica de San Laureano.

“MUJER, AHÍ TIENES A TU HIJO Y LUEGO DIJO AL DISCÍPULO: AHÍ TIENES A TU MADRE” (Jn 19, 26).  – Hermana Olga Beltrán, Religiosa de la Comunicación Social y servidora de la Parroquia Histórica de San Laureano.

“DIOS MIO, DIOS MIO, ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?”.  (Mc 15, 34) – Reverendo Padre Hernando Uribe Moreno, Párroco de la Parroquia Histórica de San Laureano.

TENGO SED. (Jn 19,28) – Señor Brigadier General Samuel Darío Bernal Rojas, Comandante de la Región Cinco de Policía.

“TODO ESTA CUMPLIDO”. (Jn 19, 30). – Jerson Fidel Jaimes Rodríguez, Magister en Historia y Presidente de la Hermandad de Jesús Nazareno de la Parroquia Histórica de San Laureano.

“PADRE, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MIS ESPIRITU”.  (Lc 23, 46). – Monseñor Ismael Rueda Sierra, Arzobispo de Bucaramanga.

Y fue nuestro Arzobispo quien resaltó el siguiente mensaje: «cómo no pronunciar en tus labios, ya agónicos, el parte de deber cumplido, de la misión realizada, del amor eficaz hasta el extremo. Mirándote Señor y escuchando esa exclamación “todo está cumplido” surge para nosotros también la necesidad de evaluar con transparencia la misión que nos has entregado a cada uno y a todos y preguntarnos ¿estamos cumpliendo con la tarea que nos has encomendado? ¿si me llamaras en este momento podría afirmar como tú: “todo está cumplido”?»

Posterior a esa profunda reflexión de Monseñor Ismael, que nos pone a evaluar nuestro camino hacia la conversión, partió la procesión del Santo Sepulcro desde la Parroquia San Laureano, tomando la calle 36, hasta la Catedral Metropolitana de la Sagrada Familia, camino que estuvo abarrotado en ambos sentidos de la vía por todos los fieles, religiosos y religiosas, movimientos y grupos apostólicos, seminaristas, hermandades, diáconos, sacerdotes, entre otros.

Cabe destacar el excelente comportamiento, respeto, devoción, pasión, amor, fervor y alegría con que la iglesia particular de Bucaramanga se unió una vez más para participar como verdaderos hermanos en este Viernes Santo.

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