“Momento sublime de entrega y amor”
Con la celebración de la Misa Vespertina del Señor, finaliza el tiempo de Cuaresma y nos introducimos a vivir el Sagrado Triduo Pascual. Tres días desde la tarde del Jueves Santo, pasando por la tarde el Viernes Santo, hasta la tarde del Sábado Santo, que es ya la Víspera del Domingo de Pascua en la Resurrección del Señor.
Este momento especial, la celebración de la Misa Vespertina del Señor, se vivió en La Arquidiócesis de Bucaramanga, desde la Catedral Metropolitana de la Sagrada Familia, y fue presidida por Monseñor Ismael Rueda Sierra, arzobispo de esta Iglesia Particular.
En su homilía, Monseñor Rueda Sierra, destacó la importancia de la celebración litúrgica de este día, y enfatizó:
“Con esta celebración, recordamos la entrega inmensurable de Jesús, cuando aquella noche se reunió con sus discípulos, antes de sufrir la Pasión, y nos dejó su Cuerpo y su Sangre, instituyó la Sagrada Eucaristía, para dejarnos un sigo de entrega, que se perpetuará a lo largo de los años y de la historia. De la misma manera, nos dejó un mandamiento maravilloso para todo la humanidad, el Mandamiento del Amor; así como Él donó su vida al Padre, nos deja como herencia dar nuestra vida en amor y servicio por nuestros hermanos.
Como lo hizo ese jueves, en la noche, el Señor nos está confirmando en la fe, nos reafirma que Él sigue presente y vivo en medio de nosotros, sin ninguna duda. Lo hace y seguirá haciendo motivado por el gran amor que tiene por todos nosotros; Él quiere caminar siempre cercano a toda la humanidad, en todos los tiempos y circunstancias, por eso en esta tarde, al celebrar de esta manera solemne la Eucaristía, le agradecemos al Señor por esa presencia viva y permanente en medio de nosotros.
El Lavatorio de los Pies, es un gesto de amor y servicio que Jesús nos enseña hoy. En medio de los discípulos, Él quiere dar ejemplo de humildad. Es muy importante ofrecer ayuda y servicio, como saber pedirlo y recibirlo cuando lo necesitamos”.