Con profundo gozo y sentimientos de devoción, la comunidad de las Hermanas de la Anunciación celebró la culminación de su IX Asamblea General con una Santa Eucaristía de acción de gracias, presidida por Monseñor Ismael Rueda Sierra, Arzobispo de Bucaramanga. La ceremonia se realizó en la tarde del 24 de marzo en el Santuario Mariano Arquidiocesano Nuestra Señora de Guadalupe y reunió a religiosas y fieles en un ambiente de renovación espiritual.
Durante su homilía, Monseñor Rueda destacó la importancia de esta Asamblea en el contexto del camino sinodal que vive la Iglesia y la invitación del Papa Francisco a caminar como peregrinos de esperanza en el marco del Año Jubilar 2025. Haciendo referencia al Evangelio de la Anunciación, proclamado en la solemnidad de la jornada, el Arzobispo invitó a meditar en el misterio desde la perspectiva de la peregrinación de fe y esperanza.
“Este es un texto fundamentalmente de peregrinación de esperanza. Nos ubica en un contexto de discernimiento, donde, bajo la inspiración del Espíritu Santo, buscamos conocer y hacer la voluntad de Dios”, expresó el arzobispo de Bucaramanga.
Al reflexionar sobre la escena de la Anunciación, Monseñor Rueda se detuvo en la respuesta de la Virgen María al mensaje del ángel Gabriel: “Hágase en mí según tu palabra”. Enfatizó cómo esta actitud de disponibilidad absoluta es el modelo a seguir para la vida consagrada, especialmente para las Hermanas de la Anunciación, cuyo carisma se nutre de la humildad y la caridad.
“La Beata Berenice, su fundadora, asumió la espiritualidad de María con profunda entrega. Su vida estuvo marcada por la contemplación hecha servicio, con una misión clara hacia los más vulnerables, en especial mujeres y niños en situación de exclusión”, afirmó el Arzobispo.
En un llamado a la vida religiosa, Monseñor Rueda subrayó la importancia de la obediencia en el camino de la consagración. “La obediencia es clave, porque nos coloca en disposición de hacer siempre la voluntad de Dios. Desde ella, se viven también la pobreza y la castidad, como expresiones de una entrega total al Señor”.
El momento culminante de la celebración fue la renovación de los votos de las religiosas, quienes, con corazón fervoroso, reafirmaron su compromiso de seguir a Cristo en fidelidad y servicio. En este acto de fe, resonó el llamado a seguir caminando como “peregrinas de esperanza”, testimoniando con su vida la alegría del Evangelio.
Finalmente, monseñor Ismael encomendó la misión de las Hermanas de la Anunciación a la protección de Nuestra Señora de Guadalupe, pidiéndole que las guíe en su peregrinación de fe y les conceda la gracia de discernir y vivir siempre en la voluntad del Señor.
Con corazones llenos de gratitud, la comunidad anunciata cerró su Asamblea con la certeza de que el Espíritu Santo sigue acompañando su caminar y renovando su misión en el mundo.
Sobre la IX Asamblea General
Durante la Asamblea, se llevaron a cabo encuentros de reflexión y diálogo fraterno, con el objetivo de fortalecer la identidad carismática de la Congregación y trazar nuevas líneas de acción pastoral. Se destacó el compromiso con la educación y la promoción social, siguiendo el legado de la Beata Berenice. Además, se abordaron los desafíos actuales que enfrenta la vida consagrada y la evangelización en un mundo en constante cambio.
Las Hermanas de la Anunciación renovaron su propósito de ser testigos de esperanza en medio de las realidades de hoy, con un profundo sentido de fraternidad y servicio. La Asamblea concluyó con un compromiso renovado de continuar su misión con amor y entrega, inspiradas por el ejemplo de María y la guía del Espíritu Santo.