En la mañana del domingo 09 de julio, se dio apertura a la Semana Arquidiocesana de la Juventud con la Santa Eucaristía presidida por Monseñor Ismael Rueda Sierra, en la Catedral Metropolitana de la Sagrada Familia.
En esta ceremonia de apertura también se realizó la entronización de la Reliquia del Joven Beato Carlo Acutis, quien es para los jóvenes un ejemplo para seguir a Cristo desde la cotidianidad, promoviendo la evangelización y el amor a nuestro Padre.
Nuestro arzobispo reflexionó acerca del evangelio del día de hoy, tomado del evangelista san Mateo 11,25-30
“Lo que el señor nos quiere comunicar en este día, nos lo refleja también en las bienaventuranzas, y es que quien tenga un corazón limpio, podrá ver a Dios, imitar a Jesús, quien es manso y humilde de corazón”, dijo Monseñor en su homilía.
La humildad es reconocerse pequeño ante Dios y abrirle el corazón, es así que Jesús no dice en la palabra de hoy “Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso”.
“En los momentos difíciles que hemos atravesado a lo largo de la historia, en la pandemia que pasamos, esos episodios que nos hacen sentir vulnerable son precisamente para volver la mirada a Jesús, pues no existe nadie más quien nos de ese alivio y descanso a tantos conflictos y pruebas a las que nos vemos enfrentados día a día”. Manifestó nuestro arzobispo.
En segundo lugar, monseñor resaltó las cualidades del Beato Acutis, quien, desde muy niño, su corazón entendió cuál era el camino de la humildad y de la sencillez que nos invita el Señor.
“Carlo Acutis nos enseña lecciones, una de ellas es el saber usar los medios digitales para la evangelización, llevando al mundo la buena nueva del Señor, creando con frescura, clarividencia y verdad contenido que nos invitaba a buscar el amor a nuestro Dios”. Mencionó Monseñor Rueda Sierra.
En tercer lugar, Monseñor nos invitó a contemplar a nuestra madre, la virgen María, hoy en su advocación de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, Patrona de Colombia.
“Ella es la humilde sierva del Señor, María es misionera, sale siempre a comunicar la buena noticia de Nuestro Señor Jesucristo, es por eso que debe ser para nosotros un ejemplo para hacer vida el evangelio y comunicarlo a los demás”. Indicó Monseñor Ismael.
La eucaristía finalizó con la bendición impartida por el arzobispo a los jóvenes que están jugando las olimpiadas Arquidiocesanas invitándolos a vivir momentos de sano esparcimiento; además de realizar el envío misionero a quienes van a participar de la próxima Jornada Mundial de la Juventud, la cual tendrá lugar en Lisboa, Portugal en el mes de agosto.